miércoles, 11 de julio de 2012

El tiburon duende




Curiosidades


Carcharodon Megalodon - Carcharocles Megalodon
El Carcharodon Megalodon dominó los océanos durante setenta millones de años, era como un gran tiburón blanco de veinte metros y treinta toneladas, y estaba dotado de células sensoriales capaces de detectar el leve campo eléctrico del movimiento de los músculos de su presa a cientos de kilómetros de distancia. No cabe duda de que era el cazador supremo del planeta durante el Mioceno y el Plioceno (hace entre 25 y 5 millones de años).
Algunas especies de tiburones tienen un tamaño bastante respetable. Afortunadamente, las dos especies mayores, el tiburón-ballena [Rhincodon typus] y el peregrino [Cetorhinus maximus], son peces filtradores, que sólo se alimentan de plancton, por lo cual son inofensivas para el hombre. El tiburón-ballena alcanza los veinte metros de longitud y veinte toneladas de peso; la longitud máxima confirmada del tiburón peregrino, que puede pesar hasta cuatro toneladas, se acerca a los diez metros, aunque se han señalado ejemplares de hasta quince metros de longitud.
El mayor tiburón carnívoro viviente es el jaquetón [Carcharodon carcharias]. Aunque recibe también el nombre de tiburón blanco, en realidad es de color gris azulado; sólo la región ventral es blanca. El jaquetón puede sobrepasar los siete metros de longitud y pesar más de tres toneladas. Pero incluso este tiburón se quedaría pequeño al lado del Carcharocles megalodon, una especie fósil conocida sólamente por sus dientes, de hasta veinte centímetros de longitud, el triple que los dientes del jaquetón, y por algunas vértebras. Se ha calculado que este tiburón podía alcanzar entre quince y veinte metros de longitud total y un peso de treinta toneladas. Recordemos que el Gran Blanco tiene un tamaño medio entre 4 y 7 metros en los machos, aunque hay indicios de que podrían llegar a los 10 metros, algunos fosiles de Megalodon (únicamente dientes debido a su resistencia al paso del tiempo) indica que podrían haber existido ejemplares de Megalodon de 24 metros y cincuenta toneladas.

¿Existe aun el Megalodon?

El aviador y pescador deportivo Pierre Clostermann, en su libro "Des poissons si grands" (1969), relata, sin citar sus fuentes, un suceso interesante, supuestamente acaecido en 1954: Durante una tormenta en aguas de Timor (Indonesia), el balandro australiano Rachel Cohen sufrió un violento choque. De vuelta en Adelaida, cuando se fueron a realizar reparaciones en el barco en dique seco, aparecieron incrustados en la quilla de madera, formando un semicírculo de casi dos metros de diámetro, diecisiete dientes de jaquetón de unos diez centímetros de longitud y ocho de base, a la altura del eje de la hélice, que estaba torcido. Es muy frecuente que los reflejos de las hélices de los barcos atraigan a los jaquetones; el que atacó al Rachel Cohen debía de medir, de acuerdo con los ictiólogos australianos que, según Clostermann, examinaron el barco, veinticuatro metros de longitud.

Reconstrucción de una mandíbula de Megalodon.
La existencia actual del Carcharocles megalodon, o de otra especie de tiburón gigante, podría explicar las observaciones esporádicas, principalmente en aguas australianas y sudafricanas, de enormes tiburones blancos de más de veinte metros de longitud. Algunos de los testigos han sido marinos o pescadores experimentados, por lo que la confusión con otras especies conocidas de tiburones, como el tiburón-ballena o el peregrino, es poco probable. Por otra parte, parece poco verosímil que un predador costero (como se supone que fue el Carcharocles megalodon) tan grande haya pasado desapercibido durante tanto tiempo.

Tamaño de un diente de Megalodon comparado con una mano y un diente de tiburón actual.
  Dado que los peces crecen durante toda su vida, esos enormes tiburones podrían ser simplemente ejemplares de jaquetón de avanzada edad; sin embargo, a diferencia de éstos, se les ha descrito como completamente blancos.Otros Tiburones casi desconocidos por la Ciencia
Durante la Segunda Guerra Mundial, el arqueólogo estadounidense George Allen Agogino (1921-2000) pudo examinar el cuerpo de un tiburón de casi cuatro metros de longitud en el lago Sentani, en el norte de Nueva Guinea. Sólo se conocen dos especies de tiburones de agua dulce en esa isla, ambos pertenecientes a la familia de los carcarrínidos: el tiburón sarda [Carcharhinus leucas] y el tiburón lanza [Glyphis glyphis]. El primero puede alcanzar los 3,5 metros de largo; el segundo, muy poco conocido, sólo mide un metro, pero se supone que pueden existir ejemplares mayores. El tiburón del lago Sentani podría ser un individuo muy grande de una de estas dos especies, o pertenecer a una nueva emparentada con ellas.
Otras especies desconocidas de cuya existencia se tienen indicios incluyen grandes tiburones en la fosa de Monterey (California); una manta del Pacífico con bandas blancas en las aletas, de la que existen fotografías y filmaciones; y dos tipos de tiburones avistados por naturalistas del Bodega Marine Laboratory de California: un carcarrínido de más de seis metros de longitud y un lámnido de cabeza cuadrada del Pacífico sur tropical.

Cosas extrañas


Este extraño pez puede llegar a medir hasta 3 metros y pesar más de una tonelada, si bien casi siempre es más pequeño. Su altura, incluyendo las aletas, es superior a su longitud.
Tiene el cuerpo muy plano y con forma de disco. Son características las aletas dorsal y anal, que son muy altas y están situadas en el extremo final del cuerpo, apareciendo unidas por la aleta caudal, en forma de borde, y que carece de pedúnculo. El cuerpo es gris plateado, con las aletas de color pardo.

Es un pez pelágico, de alta mar, y cuando ocasionalmente se deja ver se debe a que viene a dejarse limpiar por los peces, especializados en esta tarea, que abundan cerca de la costa.

Su alimentación está constituida principalmente por pláncton animal, algas, calamares y pequeños peces como larvas de anguila, etc. Se le observa normalmente tumbado sobre un costado, flotando en la superficie, comportamiento que levanta amplias discusiones entre los entendidos. Algunos opinan que así toma el sol, otros suponen que este comportamiento lo presentan los ejemplares viejos o muertos, mientras que otros opinan que así puede ver lo que ocurre debajo de él.

Los peces jóvenes, de 2 o 3 cm de largo, son mucho mas largos que altos, y tienen espinas. El pez luna tiene un cerebro muy pequeño en comparación con su tamaño, un ejemplar de 200 kg. puede llegar a tener un cerebro del tamaño de una nuez con un peso de tan sólo 4 gramos.

(C) Enrique Rodríguez  internete@internete.net